La protección de datos personales de clientes y trabajadores es un deber de las empresas que recaban información, y, en muchos casos, también es un constante dolor de cabeza. Nombres y apellidos, documentos de identidad, datos fiscales… la lista de datos personales sensibles que guardan muchas empresas es prácticamente interminable. Y todos ellos constituyen blancos muy atractivos para los delincuentes informáticos.
La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) lo deja claro: es responsabilidad de cada empresa tratar la información de sus clientes de forma segura, así como identificar las posibles brechas de seguridad que se produzcan, dar aviso de ellas y, por supuesto, solucionarlas.
De hecho, el nuevo Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), que entró en vigor el pasado mes de mayo y del que ya hablamos en este blog, incluso establece la figura del delegado de protección de datos, un miembro de la empresa que estará a cargo de la información privada de los clientes y se ocupará de cualquier incidencia que pueda surgir.
La mayor parte de las empresas ya han hecho el trabajo que la ley exige en materia de protección de datos personales: términos y condiciones actualizados, sitios web preparados para la nueva normativa… no se puede negar que tanto las grandes empresas como las pymes son cada vez más conscientes de la importancia de proteger los datos privados y la información sensible de sus clientes. Pero, ¿basta con esto? ¿La prevención es suficiente?
Por desgracia, no siempre. Evidentemente, deberemos contar con un sistema de seguridad actualizado, y ser conscientes de todas y cada una de las obligaciones que nos atribuye la legislación vigente, pero, si queremos evitarnos problemas, lo más sensato es ir un paso más allá y estar preparados para posibles imprevistos.
Contar con una cobertura apropiada, con un seguro específico en base a nuestras necesidades y las características de nuestra empresa, es fundamental. Esto nos ayudará enormemente a suavizar el impacto de cualquier posible brecha en la seguridad de nuestra empresa. Si no contamos con un seguro adecuado y finalmente se produce algún problema, las consecuencias para nuestra empresa y nuestro propio patrimonio personal pueden ser devastadoras. ¿Realmente es buena idea arriesgarse?
En Prodisle, correduría de seguros especializada en empresas, estamos seguros de que no, nunca es buena idea correr riesgos. Por ello, queremos ayudarte a mantener tu empresa segura pase lo que pase, fallen los sistemas que fallen. Evita preocupaciones y dedícate a lo único que debería importarte: dirigir tu negocio.
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