Mejora tu liderazgo: 5 consejos para ser un buen jefe

Ser un un buen jefe: así ayudarás a tus empleados a dar el 100%

Ser un buen jefe no es nada sencillo. Si pensamos en dirigir una empresa como un trabajo que consiste simplemente en asignar tareas, en ese caso, sí, nos parecerá muy simple, pero es fácil ver que la tarea de un jefe, del directivo de un negocio, va mucho más allá. 

Un buen jefe es, al mismo tiempo, coordinador, comercial, coach, director de proyectos y mucho más. Tiene que saber de todo, aunque no sea experto en nada, hablar el mismo idioma que todos los trabajadores de la empresa, conocer cómo marchan las cosas y, al mismo tiempo, delegar… muchas tareas, muy complicadas y que, en ocasiones, exigen estar justo en el punto medio.

Aquí llega la pregunta clave: el buen jefe, ¿nace o se hace? ¿Es posible aprender liderazgo? Sin duda existen ciertas características propias de un buen jefe que son innatas, pero la mayoría de ellas se pueden aprender y entrenar, al igual que cualquier otra habilidad.

Es como convertirse en deportista de élite: aunque para ir a las Olimpiadas –un ejemplo extremo– seguramente hacen falta ciertas dotes físicas que, sencillamente, se tienen o no se tienen, más allá de eso, todos podemos llegar a tener un muy buen nivel.

Las claves para mejorar tu liderazgo y convertirte en un buen jefe

1. Comunicar

Es fundamental. Saber comunicarte, hablar y conectar te ayudará a compensar casi cualquier carencia que puedas tener. Te unirá a tus empleados y te ayudará a motivarles al máximo. Si tienes que escoger una sola habilidad que empezar a entrenar, no lo dudes: que sean tus dotes de comunicación.

2. Delegar

El segundo gran desafío de todos los jefes. Nada irritará más a un equipo de trabajo competente que tener a su jefe encima del hombro a todas horas. Si confías en tus trabajadores –y debería ser así–, déjales vía libre. Ellos velarán por tu negocio sin necesidad de que los supervises constantemente. Apóyales siempre, pero no los agobies.

3. Solucionar

Tarde o temprano, las cosas irán mal. Tenlo claro: es algo inevitable. Y en ese momento tendrás que escoger entre buscar culpables y señalar errores o identificar puntos de mejora y proponer soluciones. Los mejores líderes no destacan cuando todo va bien, sino, precisamente, en las adversidades. No hundas aún más a tu equipo: sácalos a flote.

4. Escuchar

Ideas, peticiones, sugerencias, inquietudes… tu equipo tendrá mucho que decir, y tú deberías escuchar con atención. Ser jefe no consiste en dar instrucciones, sino en reunir talento y dirigirlo en la dirección correcta. Y, para ello, debes conocer a las personas que poseen ese talento, escuchar lo que tienen que decir, aceptar sus consejos y dar respuesta a sus preocupaciones.

5. Agradecer

Otro punto fundamental. Muchos jefes señalan rápidamente de los errores, pero se olvidan de los aciertos. No cometas ese error. Reconoce las buenas ideas, felicita los buenos trabajos y, en general, no escatimes en refuerzos positivos. Un “buen trabajo” o “gracias” a tiempo (o su ausencia) pueden cambiar completamente la actitud de un trabajador.

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