Todos los seguros de Responsabilidad Civil tienen, en principio, el mismo objetivo: protegernos ante la eventualidad de causar daños y perjuicios a un tercero. Si nos vemos en esa situación, el seguro de Responsabilidad Civil cubrirá la indemnización que nos veremos obligados a pagar.
Partiendo de esta base general, que es fácil de entender, existen innumerables tipos de seguros de Responsabilidad Civil, que dan respuesta a otras tantas necesidades de empresas y particulares. No obstante, hay dos de ellos que es especialmente fácil confundir y, por ello, hoy queremos aclarar sus funciones y diferencias: seguros de Responsabilidad Civil General y seguros de Responsabilidad Civil Profesional. Vamos a conocerlos.
La Responsabilidad Civil General es la que corresponde ante demandas de terceros a los que hayamos causado daños o perjuicios que no estén derivados de nuestra actividad profesional. Pueden ser daños que hayan sucedido en el trabajo, pero se aplicará la RC General siempre y cuando no estén directamente relacionados con nuestro trabajo.
Si, por ejemplo, un desperfecto en nuestras oficinas causa un accidente que daña a un cliente, nuestra empresa será responsable, sí, pero en base a la Responsabilidad Civil General.
La Responsabilidad Civil Profesional es aquella que se deriva de errores o negligencias cometidas durante el ejercicio de nuestra actividad profesional. Siempre y cuando una acción (u omisión) realizada en el trabajo dañe a un tercero –pueden ser daños económicos, materiales, personales…–, entrará en juego la RC Profesional.
En anteriores artículos hemos puesto numerosos ejemplos de situaciones en las que se aplicaría la Responsabilidad Civil Profesional, ejemplos que ayudan a comprender por qué es un concepto tan importante para cualquier empresa que se tome en serio sus riesgos.
No obstante, hoy pondremos un ejemplo más: supongamos que diseñamos un catálogo para un cliente, pero cometemos un error y no puede utilizarse. Carecer de ese catálogo perjudica las ventas de nuestro cliente, ya que iba a servirse de él en una futura operación comercial. Ese perjuicio, en ese caso económico, podría derivar en una indemnización que estaría cubierta por nuestra Responsabilidad Civil Profesional.
La respuesta a esta pregunta es sencilla: en muchos más de los que podemos imaginar. Todas aquellas empresas y profesionales independientes que ofrezcan productos o servicios cuyas imperfecciones o errores pueden causar daños a un cliente deberían estar muy familiarizados con la Responsabilidad Civil Profesional.
Pensemos, por ejemplo, en un manual de instrucciones mal redactado, una fotografía con defectos o mal editada, una auditoría informática mal realizada… los ejemplos son prácticamente infinitos. Cualquier profesional debería pensárselo dos veces antes de asegurar que la Responsabilidad Civil Profesional no va con él.
Como corredores de seguros independientes, en Prodisle trabajamos para que todas las empresas y profesionales que se encuentren en esa situación puedan vivir sin riesgos y centrarse únicamente en hacer crecer su negocio.
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